Defendiendo la vida de los bebés no nacidos con pasión y compromiso.
En Pequeños pasos luchamos incansablemente por proteger a los más indefensos: los bebés aún no nacidos. Dedicados a amar, acompañar y proteger toda vida humana y promover la dignidad de cada ser humano desde su concepción, abrazando a quienes sufren con un diagnóstico prenatal.
Pequeños pasos.
4/15/20252 min read


Para los padres del niño prenacido, el efecto de un diagnóstico prenatal es devastador. Muchas veces no saben qué hacer o adónde recurrir. Los médicos muchas veces les enfrentan a decisiones terminales, inmediatas, sin considerar el cuidado paliativo y el efecto que tiene en los padres del niño la noticia que les han dado.
Pueden angustiarse pensando en las decisiones médicas que serían las mejores para su bebé y preguntándose de qué manera abordar el resto del embarazo, el impacto psicológico, el impacto afectivo, la familia, los costos, y el aspecto espiritual. No es poco común, tanto en el sector privado como público, que los médicos les aconsejen y a veces la familia, que programen un aborto. Trágicamente, a muchos padres se les dice que lo mejor para todos, incluso para el bebé, sería abortar, incluso en un embarazo avanzado. Muchos sienten una enorme presión para hacerlo y pueden temer continuar su embarazo. Pocas veces se les apoya con cuidados paliativos o se investiga más acerca de las condiciones en que podría apoyarse la nueva vida y a las familias.
Sin embargo, no es poco común que el diagnóstico prenatal sea equivocado. Como resultado a aquellos que siguen adelante con el embarazo se les presenta una situación muy distinta a la que se enfrentaban solo meses atrás, corroborando que el diagnóstico prenatal era equivocado.
Un diagnóstico no debe representar una sentencia de muerte para nadie, es un momento en la historia de una persona, y si bien, ante un diagnóstico prenatal, los padres se enfrentan a la tristísima posibilidad de que la bienvenida a su hijo se convierta a la vez en una despedida, el abordaje católico y paliativo de la enfermedad nos recuerda que cada vida humana, independientemente de sus condiciones, debe ser amada y tomada como el don de Dios que es y representa. Y que es un deber cristiano consolar al que sufre, los padres, fortaleciéndolos y acompañándolos en los difíciles momentos que siguen al diagnóstico.
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"Al escuchar al médico, perdí todo contacto con la realidad, me hundí en una profunda tristeza y mi reacción a ella fue querer hacer cualquier cosa para salir de este terrible dolor." - Soledad, 24 años.
"Había estado preparando todo para el nacimiento, todo. O eso pensaba, nunca me imaginé la posibilidad de un diagnóstico en esos momentos, mucho menos de tal magnitud. Quedé paralizado." - Juan, 30 años.
La ayuda está pronta.
Muchos padres de estos niños sienten un verdadero consuelo al pensar que no están solos, que Dios está con ellos y su bebé a lo largo de esta dolorosa experiencia. Pero también de contar con una red de ayuda y acompañamiento que les permite salir adelante un día a la vez... estamos aquí para acompañarte y conectarte con recursos católicos y cuidados paliativos. Contacta con nosotros
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